Los diferentes niveles del Ser Humano de los que hablábamos
antes están interrelacionados entre sí por unos centros de energía llamados
chacras. Los traumas y las disfunciones tanto físicas como psicológicas se
reflejan en ellos. Cuando recibimos un fuerte impacto emocional el aura se
desajusta, se separa literalmente del cuerpo y hace que nos sintamos fuera de
lugar, “descolocados”. El reajuste energético que se lleva a cabo en una sesión
de Reiki consigue devolver el aura a su eje y entonces volvemos a sentir que
tenemos un lugar en el mundo. Todas las emociones se procesan en el aura: un
exceso, un defecto o un bloqueo en el flujo de energía repercute en como nos
sentimos.
Si el 7º chacra, situado en lo alto de la cabeza, esta
hiperactivo tenemos menos capacidad de concentración, por el contrario si esta
bloqueado nos sentimos deprimidos, separados del resto del Universo.
Cuando estamos preocupados por algo y no hacemos más que dar
vueltas a la cabeza una nube oscura bloquea nuestro 6º chacra, situado en el
entrecejo.
En el 5º chacra, situado en la garganta, se quedan
literalmente atascadas las emociones no manifestadas, las palabras no dichas.
El 4º chacra, ubicado en el corazón, refleja nuestros
sentimientos más profundos: Amor, Alegría, Comprensión . . . es también una
puerta al mundo espiritual, cuando rompemos nuestra conexión con nuestro mundo
interior no solo nos privamos de sentir esas emociones sino que nos aislamos,
el mundo es ya un sitio hostil en el que no encontramos nuestro lugar, una de las
mayores satisfacciones que encuentro en mi trabajo como sanador es ver como
cuando, generalmente tras pocas
sesiones, la persona reestablece esa conexión espiritual y ya no ve las
cosas como antes: adquiere más confianza, más tranquilidad, brilla de una forma
más intensa.
El 3er chacra, en el plexo solar, refleja entre otras cosas
la opinión que tenemos sobre nosotros mismos.
Si el chacra esta hiperactivo, pero no procesa la energía, nos sentimos
confusos, no sabemos que pensar sobre nosotros mismos, tenemos ansiedad.
El 2º chacra, que se encuentra en el abdomen, para mi refleja sobre todo el poder
personal: “yo soy”, “yo valgo”, cuando no fluye mucha energía a través de él
nos sentimos inferiores, creemos que los demás valen más que nosotros.
Por último el 1er
chacra, al final de la columna vertebral, nos conecta con la tierra, nos da un
sentimiento de ser alguien, de pertenecer a algo, de “tener raíces”. Sin
embargo, cuando canaliza poca energía nos sentimos desorientados, no sabemos
donde estamos ni quienes somos.
El impacto en la persona de las alteraciones energéticas que
acabamos de apuntar depende de la duración e intensidad del trauma que las
causaron: una discusión con un ser querido, por ejemplo, nos descoloca el aura,
si todo vuelve a su cauce, en unos días nuestro cuerpo energético recupera la
normalidad, pero si la situación perdura o el impacto en nosotros ha sido
demasiado grande, el desajuste de la energía se hace crónico y nuestro malestar
se va agravando con el tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario